El cielo de piedra, de N. K. Jemisin

El año pasado N. K. Jemisin hizo historia al convertirse en la primera persona en ganar tres premios Hugo de manera consecutiva, uno para cada una de las novelas que conforman la trilogía La Tierra Fragmentada. Hoy quiero hablarles de El cielo de piedra, libro que pone punto y final a una historia apocalíptica llena de dolor e injusticias, y que se ha convertido en una de mis favoritas de todos los tiempos. Pónganse cómodos, aunque no estemos preparados visitaremos juntos La Quietud por última vez. 

“Nos quedamos sin tiempo, mi amor. Terminemos con el fin del mundo, ¿te parece? Sí. Vamos allá”.

Si aún no han leído La quinta estación (Reseña) o El portal de los obeliscos (Reseña) es mejor que no continúen leyendo, porque esta opinión puede contener spoilers de los libros anteriores. Mi recomendación es que visiten su librería de confianza y los encarguen, Jemisin es una escritora a la que tienen que descubrir. 

"Un apocalipsis es algo relativo, ¿verdad? Que la tierra se quiebre es un desastre para la vida que depende de ella, pero no tanto para el Padre Tierra".

Ha llegado el momento de obtener respuestas. Después de acompañar a Essun durante casi dos años desde el inicio de una nueva quinta estación, un cataclismo que a diferencia de todos los otros a los que ha vivido La Quietud, será el definitivo, el que acabe con todos los habitantes del continente sin importar lo bien preparados que creen estar para sobrevivir a una nueva estación, porque ellos siguen sin saber que lo que están presenciando es realmente el fin del mundo. Conoceremos por fin cómo se crearon los obeliscos y qué fue lo que causó el inicio de las quintas estaciones. 

Pero quizás la respuesta más importante que obtendremos es cómo surgieron los orogenes con sus poderes y los tan temidos come piedras. Descubriremos qué llevó a un grupo de humanos a creerse dioses y utilizar a otros como meras herramientas. Y para ello será fundamental la narración de Hoa, que nos llevará a presenciar un tiempo en el que aún La Quietud como un único continente no existía, un tiempo lleno de prodigios y una belleza que es casi imposible de narrar, pero que ocultaba entre el progreso unas ansias de conquista, un egoísmo y una crueldad que llevó a sus pobladores a destruir todo lo que decían amar. 

“Algunos mundos se construyen sobre una falla de dolor, sobre pesadillas. No te lamentes cuando esos mundos queden destruidos. Enfurécete porque estuviesen condenados desde el momento en el que se construyeron”.

Veremos también seguir evolucionando a Essun, una mujer a la que han quitado todo una y otra vez, que está desesperada por recuperar a su hija y vengarse del hombre que asesinó a su hijo, y que descubre en su larga peregrinación por un mundo moribundo que no está tan sola como siempre ha creído estar. Por otra parte, sigue siendo desgarrador ver a Nassun, una niña que como orogen tuvo que aprender a mantenerse oculta, a ser temida y odiada, crecer a pasos acelerados sin llegar a ser una niña realmente, que acepta el cariño que le dan aunque este sea poco y su origen sea cuestionable.

Madre e hija, que ya son casi igual de poderosas, tienen sus propios planes para el Portal de los obeliscos. Cada una cree saber qué es lo que tienen que hacer para acabar con el sufrimiento de los orogenes y de aquellos a quienes aman. Ideas que lejos de unirlas, puede que las terminen por alejar de manera definitiva. No voy a negar que estaba esperando que cierto encuentro se produjese antes, y también otro que no se produjo en absoluto, pero hay que aplaudir las elecciones que hizo Jemisin porque, aunque demoledoras, funcionan a la perfección.

“Eso es un genocidio. Matar personas y hasta la noción de que son personas”. 

La trilogía de La Tierra Fragmentada es una lectura exigente con el lector, pero que vale la pena. Es un mundo que nos reta constantemente, con unas protagonistas atípicas y que además es doloroso de leer y más cuando llegas a los agradecimientos y descubres que fue escrito mientras la autora perdía a su madre y te deja frases como «el dolor que habéis leído en la novela es auténtico dolor. La rabia es verdadera rabia. El amor es amor de verdad». De nuevo gracias a David Tejera Expósito por su excelente traducción, no debió ser un trabajo fácil elegir qué palabras equivaldrían en nuestro idioma a las creadas por la autora en el original. 

Dolor, injusticias, personas oprimidas por ser diferentes, mundos asombrosos que a base de elecciones crueles condenan a una parte de la población al odio y al miedo… El cielo de piedra de N. K. Jemisin es un broche de oro para una trilogía que hace crítica social en cada una de sus entregas y que, aunque ambientada en un mundo fantástico, habla de nuestro día a día, del racismo y del odio institucionalizado y extendido a todos los que son diferentes. A cómo deshumanizamos a los demás para no tener cargo de conciencia cuando los oprimimos y además, con un fuerte mensaje ecologista de trasfondo. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad, necesitamos más lecturas así, que nos hagan cuestionarnos todo.

Pueden leer un par de mis frases  favoritas del libro aquí

¿Han leído El cielo de piedra? ¿Les llama la atención?