Si llevan un tiempo por aquí ya saben lo mucho que he disfrutado pasándolo mal al descubrir las historias de Jack Ketchum que ha publicado La biblioteca de Carfax. Joyride fue un fascinante horror lleno de tensión y violencia. Mientras que La chica de al lado se convirtió en el libro más duro que he leído hasta ahora. Uno que no creo que pueda releer nunca. Así que cuando se anunció que nos llegaría una nueva obra del autor solo pude esperar con ganas. Hoy quiero recomendarles Perdición, una novela llena de intriga en la que desde las primeras páginas podemos intuir lo mal que saldrán las cosas, pero sin imaginar todo el horror que verdaderamente esconde.
«Así que te preguntas cómo se sentiría el dispararle a una persona. Y tortilleras, que las jodan, de todas formas apenas son seres humanos. Nunca van a tener hijos, ¿no? ¿Quién va a echarlas de menos?»
En el impactante prólogo nos lleva al verano de 1965, junto a tres jóvenes que se encuentran pasando el rato cerca de un lago en medio del bosque: Ray, Tim y Jen. Lo que debería ser solo otra noche de verano más, pronto se transforma en una carnicería cuando Ray se topa con dos chicas acampando en el lugar y decide que quiere descubrir qué se siente matarlas a tiros. Sin que medie palabras empieza a atacarlas, argumentando frente a sus amigos que como cree que son lesbianas merecen morir y nadie las echará de menos.
El libro, que se encuentra dividido en dos partes, empieza cuatro años más tarde. El primero de agosto de 1969, cuando la única superviviente de esa fatídica noche después de haber pasado todos esos años en coma y conectada a un respirador finalmente muere. Sin que el caso esté resuelto o cerca de resolverse. Aunque la policía tenía a Ray como principal sospechoso, no pudieron encontrar pruebas para acusarlo formalmente. Así que el joven cree que se libró de ir a la cárcel, pero sin saber que uno de los policías encargados del caso está dispuesto a todo para atraparlo.
«Terminó pensando en lo frágiles que eran las personas. Podías matarlas con pistolas o coches o whisky o solo con suficiente desesperación. Una vida podía cambiar por completo en un segundo o podía desgastarse a lo largo de los años, tan despacio que apenas te dabas cuenta».
A través de una adictiva narración coral iremos descubriendo no solo cómo han seguido con su vida el asesino y sus amigos (convertidos ahora en cómplices). Sino un fascinante elenco de personajes secundarios que están relacionados con Ray en mayor o menor medida. La manera en que el policía Charlie Schilling está convencido de su culpabilidad y desea presionarlo para que confiese sus crímenes. O la decidida Sally y la temeraria Katherine, que involuntaria una y de manera voluntaria la otra, se terminan convirtiendo en lo Ray considera “sus chicas”.
Porque si algo tiene Ray junto a grandes dosis de inseguridad muy bien oculta es una especie de carisma. Es un mujeriego que no se conforma con tener a Jen como su novia, sino que mantiene así mismo una legión de admiradoras adolescentes (aunque él ya esté en la veintena). Para él las mujeres más que seres humanos son retos o piezas que agregar a su colección. Y no es muy bueno aceptando una negativa. No solo el machista, homófobo y racista, sino que también se cree con poder para que todos terminen por hacer lo que él quiere. Así que digamos que cuando las cosas de repente no salen como él espera terminará por mostrar su verdadera naturaleza.
«De alguna manera, era casi famoso.Como Jack el Destripador. Nadie sabía quién era, pero seguro que conocían qué había hecho».
Del mismo modo que hace un trabajo estupendo creando los diferentes personajes, para mostrarnos sus deseos, anhelos, obsesiones e inseguridades, Ketchum crea un escenario que se siente real. Que no solo nos enseña lo que antaño era una pequeña y segura comunidad en el área de los lagos, sino esos cambiantes años sesenta. Con el trasfondo de la guerra de Vietnam, la obsesión por los Beatles y por Elvis (al que Ray le roba la sonrisa mientras interpreta su papel de casanova). Así como una referencia más siniestra y brutal: el asesinato de Sharon Tate por miembros de la Familia Manson.
Si están buscando una novela de terror que los mantenga leyendo sin parar y haciendo apuestas sobre quienes terminarán con vida (si es que queda alguien) cuando empiece el festival de violencia tienen que darle una oportunidad a Perdición de Jack Ketchum. La habilidad que tiene el autor para sorprendernos incluso cuando esperamos lo peor es alucinante. La traducción de María Pérez de San Román es excelente y la cubierta de Rafael Martín Coronel, como ya nos tienen acostumbrados, es espectacular. Estoy deseando ver con que nueva obra del escritor nos sorprenden y aterran la próxima vez.
¿Han leído Perdición? ¿Les llama la atención?
Más reseñas del autor:
No hay comentarios :
Publicar un comentario