¿Cómo puedes seguir adelante cuando estás destrozada por el dolor? ¿Es posible superar la pérdida de alguien que daba sentido a tu mundo? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar si toda una ciudad se enfrenta a una criatura letal? Si hay por aquí alguien que crea que «las segundas partes nunca son buenas»… Hoy les quiero recomendar una novela corta que desmiente perfectamente esta afirmación: Los hilos rojos de la fortuna, de Neon Yang, segundo libro de la premiada Saga del Tensorado que llegó a las librerías españolas gracias a la editorial Duermevela con la increíble cubierta ilustrada por Yuko Shimizu y a la excelente traducción de Carla Bataller Estruch.
«Encaramada sobre el lomo de la enorme velocirraptora, Mokoya la arrulló y la acarició como si en lugar de un animal del tamaño de una casa, fuera una niña pequeña. Fénix era una criatura amable y feliz, aunque al verla nadie lo diría».
El libro, ambientado unos cuatro años después de lo ocurrido en Las mareas negras del cielo, nos presenta a una Mokoya de 39 años quien, rota por el dolor de la pérdida, ha dejado su antigua vida como profetiza atrás. Ahora se encuentra en medio del desierto, cazando a los terribles naga (unas bestias voladoras mezcla lagartos y serpientes) que van dejando una ola de destrucción a su paso. Y no lo hace sola, sino con Adi, una amiga que es de las pocas personas que aguanta su mal humor constante, su equipo y su manada de velociraptores.
Porque en ese rico mundo de inspiración asiática creado por le autore no binarie Neon Yang, no solo hay una magia especial llamada remancia, que permite manipular los cinco elementos de la naturaleza, sino también velociraptores y todo tipo de criaturas fantásticas que unen horror y maravilla. Además de los Tensores, quienes son capaces de manipular el Remanso y practicar su magia, encontraremos a les maquinistes. Un grupo de personas sin remancia que buscan crear a través de la tecnología objetos y artilugios que hagan la vida más fácil a todos aquellos que no tienen acceso a Remanso y sus privilegios
«El Remanso lo es todo y todo es el Remanso».
Cuando los rumores indican que hay un naga de un tamaño descomunal en las inmediaciones de Bataanar, Mokoya decide darle caza sin importar las consecuencias. No solo porque la ciudad alberga a su hermane gemele Akeha, sino también porque ese lugar es principal refugio de les maquinistes y su revolución. Todo parece indicar que ese naga que deben matar no es una criatura normal, rumores de terribles experimentos de Tensores de la capital que buscaban unir almas humanas y animales, así como la elección del objetivo del ataque, parecen indicar que la poderosa protectora, la madre de Mokoya, puede estar detrás del peligro. La despiadada gobernante quiere acabar con cualquier tipo de disidencia para conseguir así mantenerse en el poder, sin importar si sus hijes pueden sufrir daños en el proceso.
La aparición de le misteriose Rider solo hará todo aún más complicado para Mokoya, quien terminará por verse envuelta en una peligrosa conspiración en la que descubrir a quienes realmente son culpables será un verdadero reto. Lidiar con una amenaza mortal mientras tratas de superar tu propio dolor es mucho más complejo de lo que nuestra protagonista pueda esperar. Tratar de vivir un día más aunque la idea de que acabar con todo se te presente quizás como la única opción que tienes es aterrador. No había leído hasta ahora fantasía que hablara tan abiertamente de la depresión, del estrés postraumático o de los pensamientos suicidas de su protagonista. Neon Yang lo logra de una manera que se siente tan natural y real como ese mundo en el que cada persona es libre de elegir su propio género al crecer y no lo recibe impuesto al nacer.
«El naga chilló, un sonido a metal rompiéndose, a dioses muriendo».
La cuidada edición de Duermevela cuenta con un interesante posfacio a cargo de Alexander Páez en el que nos habla sobre el silkpunk, así como detalles ilustrados y unos mapas espectaculares creados en exclusiva para la publicación por Almudena Martínez (a la que seguro conocéis como Magrat Ajostiernos)
Conspiraciones, revoluciones, dolor, trauma, velociraptores, amor… Los hilos rojos de la fortuna, de Neon Yang, es una continuación asombrosa que nos regresa a un mundo que no para de crecer y maravillarnos. Que nos permite conocer mejor a Mokoya, verla evolucionar, y quizá darse la oportunidad de volver a confiar. Yo no puedo hacer otra cosa que recomendarles que descubran por ustedes mismos la Saga del Tensorado, porque no solo es fantasía imaginativa, sino que está repleta de reflexiones y crítica social. Es una novela corta que aunque tenga velociraptores y está escrita de manera adictiva, trata temas como la pérdida, la depresión, el género o incluso el maltrato con naturalidad y maestría. ¡Leedlo! Yo necesito ahora que publiquen pronto el tercer libro: El descenso de los monstruos.
¿Han leído Los hilos rojos de la fortuna? ¿Les llama la atención?
Pueden encontrar mi reseña de Las mareas negras del cielo
¡Hola! Me alegra que hayas disfrutado de esta continuación. En esta ocasión no la veo para mí. Un besote :)
ResponderEliminarDefinitivamente tenemos gustos muy distintos y no pasa nada.
EliminarSaludos 😉