El hambre, de Alma Katsu

¿Alguna vez se han preguntado qué llevaba a las personas a emigrar al Oeste americano? Dejar toda su vida atrás, meter sus pertenencias más preciadas en una carreta y cruzar todo un país para perseguir una quimera. Pero ¿y si todo en la ruta saliese mal? ¿Hasta qué punto somos capaces de llegar para sobrevivir? Hoy en el blog les quiero hablar de El hambre, de Alma Katsu. Una novela de terror que acaba de publicar Runas con la cuidada traducción de Natalia Cervera y en la que la autora se reimagina lo que ocurrió con la famosa expedición Donner para acercarnos a ese inquietante episodio de la historia estadounidense desde una perspectiva única y fascinante. 

“Si entrecerraba los ojos, la caravana parecía un montón de juguetes desperdigados por la vasta e interminable maleza: frágiles, insignificantes, intrascendentes” .

Dividido en meses, y con una narración coral, iremos conociendo poco a poco a los diferentes pioneros que se encontraban en la caravana rumbo a California. Desentrañar su pasado se vuelve tan adictivo como ver las rencillas y los diferentes grupos que se van formando a medida que la expedición se va encontrando cada vez con más problemas hasta que llega al punto del error fatal: apartarse del camino principal para tomar el Atajo de Hastings, lo que obligó a los miembros de la expedición a permanecer en las montañas durante todo el invierno, sin provisiones y totalmente aislados.

Entre los protagonistas nos encontraremos con Charles Stanton, uno de los pocos solteros del grupo. Un hombre que viaja solo con su carreta y que tienen como único amigo y aliado a Edwin Bryant: un periodista que también tienen algo de formación médica y decide luego separarse del grupo principal, para adelantarse y aprovechar para descubrir más datos sobre las extrañas leyendas de las diversas tribus de la región, especialmente sobre un grupo particular al que todos temen porque realizan extraños sacrificios humanos. 

“«Regresad —decía con letra apretada y puntiaguda—. Regresad o moriréis todos»".

George Donner y su esposa Tamsen Donner serán otros de nuestros personajes principales. Él por asumir el liderazgo de la caravana al inicio de la expedición, y ella por ser una mujer primero temida y luego odiada porque una parte de los pioneros la consideran una temible hechicera. Elitha Donner es una niña que parece tener una sensibilidad especial y que además es capaz de oír las voces de los muertos. Por último, tenemos a Mary Graves, una joven soltera que busca junto a su familia una nueva oportunidad: encontrar en California un lugar donde empezar de cero, lejos de todos los que les conocían y juzgaban por sus inicios humildes. 

Pero los nombrados son solo un puñado entre las muchas voces que nos encontraremos en la expedición. Son casi cien personas las que inician la aventura del sueño del Oeste, pero el camino, las rencillas internas, las luchas de poder y una terrible amenaza a la que no pueden poner nombre les acechan. Hay algo más peligroso que las penurias propias del largo viaje o la muerte del ganado, algo que parece ancestral, aunque quizás no lo sea, y está hambriento. Una amenaza que hará que, en comparación, la llegada repentina del invierno solo sea un pequeño contratiempo.

“En estos bosques no hay caza, ¿no se han fijado? Eso es porque no queda nada. Nada. Ahí fuera hay algo que se está comiendo cualquiera cosa con vida” .

Pioneros, caravanas, canibalismo, miedo, desesperanza, paranoia… El hambre, de Alma Katsu, es una novela de terror adictiva que nos muestra qué ocurre cuando la capa de civilización que nos recubre desaparece y lo único importante es sobrevivir: al invierno, a los monstruos, a los otros hombres. Katsu logra que asistamos como espectadores a una tragedia desencadenada por una serie de errores y que sabemos inminente. Una en la que el horror viene tanto de lo que muestra como de lo que deja a nuestra imaginación. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que salgan corriendo a su librería de confianza y se hagan con la novela. Es de las que no se olvidan.

¿Han leído El hambre? ¿Les llama la atención?