¿Qué pasaría si descubrieras que tienes el poder de viajar a realidades alternativas? ¿Cómo sería tu vida si, junto a tus amigos, te dedicases a visitar esos mundos tratando de buscar la forma de hacer de tu mundo un lugar mejor, de cambiar las cosas? ¿Qué pasaría si en una de esas misiones perdieras a la persona a la que amas porque sucumbió a la podredumbre que afectaba a todas las realidades? ¿Qué harías para evitar que esa persona regrese y traiga con ella el exterminio de todos? Hoy quiero recomendarles Última salida, de Max Gladstone. Una novela sobre realidades alternativas, culpa, posibilidades y el fin de los tiempos.
«Eran jóvenes y orgullosos, y estaban convencidos de que, si lo intentaban, podrían reparar todo cuanto estaba roto en el mundo».
El libro nos cuenta la historia de Zelda, Ish, Ramón, Sarah y Sal, un grupo de amigos que se conocieron en la universidad. Siendo muy jóvenes, descubrieron casi que sin pretenderlo que tenían habilidades que les permitían visitar realidades alternativas, lugares a los que ellos empezaron a llamar los alts. Esos alts, lejos de ser paraísos en los que podrían hallar maravillas, resultaron ser siempre peores versiones de su mundo. Plagados de horrores y criaturas que en muchos casos tenían ya muy poco o nada de humanos. Sociedades apocalípticas en las que no morían al instante, pero en las que podrían sufrir todo tipo de penurias a fin de sobrevivir.
El grupo de amigos, a bordo de un Challenger, se dedicaron a viajar por la carretera, explorando todos los rincones de Estados Unidos y visitando los alts, buscando la manera de usar sus dones para cambiar el mundo en el que vivían, con el objetivo de hacerlo un poco mejor. Acabar con las injusticias. Intentando cada vez llegar más lejos, hasta ese lugar al que llamaban la encrucijada y que podría ser la clave para cambiar su realidad y evitar que esos alts se convirtiesen en futuro. El problema fue que, en medio de su última misión como grupo, las cosas se torcieron de manera irremediable. Sal, la novia de Zelda, se perdió en ese viaje y cayó ante la podredumbre, esa entidad que corroe las realidades y trae consigo monstruos y el fin del mundo.
«—No es magia. Es el espín. La incertidumbre, el cambio. Lo acumulamos cuando no sabemos adónde vamos, ni por qué. Cuando nos abrimos a cualquier cosa que pueda ocurrir».
Perder a Sal hace que Ish, Ramón y Sarah abandonen el camino. Únicamente Zelda se queda en la carretera tratando de enmendar los errores por los que se siente tan culpable. Ella fue la que descubrió el modo de visitar los alts. Y, por lo tanto, se cree responsable de abrir las grietas que permiten que la putrescencia se filtre en el mundo y aparezcan monstruos. Así que ha dedicado los últimos diez años a buscar los rastros ocultos de la podredumbre y eliminándolos de uno en uno. Sin embargo, cuando descubre que se acerca una tormenta y que la podredumbre trae consigo a Sal para acabar con todos, decide pedirle ayuda a esos amigos que tiene una década sin ver y que han rehecho su vida para que la ayuden a evitar el cataclismo.
Aunque Zelda es nuestra protagonista, iremos descubriendo lentamente más de esos amigos que también se volverán narradores: Ish, Ramón y Sarah. Así mismo, conoceremos a June, la prima de Sal. Una joven de dieciséis años que se niega a aceptar que su prima se ha ido, y que decide unirse a Zelda para tratar de encontrar a Sal y salvarla (aunque Zelda afirma que eso es imposible). Con cambios entre el pasado y el presente, descubriremos cómo esas cinco personas tan diferentes terminaron haciéndose amigos en la universidad, qué los llevó a buscar cómo salvar el mundo y lo que los hace dejar sus vidas atrás con el objetivo de regresar a la carretera. Cómo fueron algunas de las visitas a esas realidades alternativas y lo que encontraron allí. Así como lo que están dispuestos a hacer a fin de evitar el fin de todo. De modo que esos monstruos que habitaban la carretera no se adentren en su mundo, en la realidad.
«—Los alts son infinitos. Todo aquello con lo que podamos soñar debería existir más allá, en algún lugar. Solo tenemos que encontrarlo. Por lo tanto, hay un sitio, porque tiene que haberlo, donde podamos cambiar el modo en que funciona el mundo. Podemos arreglar las cosas, corregirlas».
Hay que destacar la imaginación de Gladstone; los alts que propone están llenos de posibilidades y horrores. Así mismo, narra las escenas de acción de manera muy visual. Además, la novela está repleta de referencias a películas y libros que es muy divertido encontrar. Pero si le tengo que poner alguna pega a la historia, es que por momentos el continuo cambio entre pasado y presente hace que se ralentice demasiado la trama. Si bien es cierto que se necesita el trasfondo para conocer a los personajes y encender sus motivaciones (pasadas y presentes), hay tramos que se me hicieron repetitivos y en los que el autor solo parecía divagar mientras sus personajes hacían lo mismo.
El fin del mundo, realidades alternativas, culpa, miedo, posibilidades, monstruos, amistad, amor… Última salida, de Max Gladstone es una novela llena de metáforas e imágenes potentes. Una historia que nos lleva junto a un grupo de amigos que, aunque se creían invencibles en su juventud, viven con remordimiento por las elecciones que realizaron. Hay amor, desamor, miedo y crítica social. Así como unos personajes a los que vale mucho la pena conocer. Y si tengo que hablar de un monstruo, ese vaquero de sombrero blanco es el material perfecto para las pesadillas. No quiero terminar la reseña sin destacar la cuidada traducción de Raúl García Campos. Si están buscando un libro lleno de aventuras y que les haga volar la imaginación, tienen que darle una oportunidad.
¿Han leído Última salida? ¿Les llama la atención?
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