¿Qué ocurriría si un día descubres que tus amigas de la infancia están cambiando? Si lejos de ser solo una alteración en su personalidad eso implicase también una metamorfosis de sus cuerpos. ¿Qué pasaría si jóvenes que en teoría tienen toda una vida por delante comienzan a ver sus uñas trasformadas en vidrios y sus huesos en metales oxidados? Hoy quiero recomendarles Las Doncellas de Óxido, de Gwendolyn Kiste, obra ganadora del Premio Bram Stoker a la mejor primera novela en 2019 y que ahora podemos disfrutar en español gracias a la excelente traducción de José Ángel de Dios García.
“Oremos por las Doncellas de Óxido.
Incluso después de todos estos años, esas palabras me dejan sin aliento”.
Esta es la historia de Phoebe, una mujer que regresa a la casa de su infancia tras más de veintiocho años de negarse a volver. El que fue su hogar durante su niñez y juventud, ahora no son más que cuatro paredes llenas de recuerdos esperando a ser derrumbadas, en un barrio repleto de solares vacíos y casas deshabitadas que poco a poco correrán su mismo destino. Para entender por qué nuestra protagonista decidió abandonar todo cuanto le era conocido debemos volver con ella a ese verano fatal en el que todo cambió.
El pasado, ambientado en una decadente Cleveland en 1980, nos lleva junto a Phoebe al verano en el que se graduó de secundaria. Esa celebración que debería marcar el inicio de un futuro que se sentía incierto y quizás un tanto desalentador, se trasforma rápidamente en una pesadilla. Phoebe y Jacqueline (su prima y mejor amiga), descubren que Lisa, una de sus antiguas compañeras de clase, está cambiando. Su cuerpo rezuma líquidos oscuros y su piel está marchitándose, dejando paso a heridas que muestran unos huesos que parecen metal oxidado. Pero lo más terrible de todo es que Lisa no será la única que se esta transformando.
“Las chicas lo sabíamos mejor que el resto. Si el mundo tenía espacio limitado, entonces nosotras seríamos las primeras en ser descartadas. No hay sitio para nosotras en las acerías, ni en las salas de juntas, ni en los quirófanos. No hay sitio para nosotras en ningún lado”.
Pronto descubren que, aunque nadie entienda el porqué, más y más chicas de la calle Denton están cambiando. Y a pesar de que en un primer momento las familias de esa comunidad tratan de ignorar el problema de las jóvenes (que algunos incluso tachan como solo un intento de llamar la atención), la aparición de un artículo en el periódico convierte su tragedia en una especie de atractivo turístico que llama cada vez a un número mayor de personas que quieren tomar una foto de las jóvenes como si de un espectáculo de circo se tratasen. Mirones que, por otra parte, generan ingresos en esa deprimida comunidad que de alguna manera no puede o quiere deshacerse de ellos.
La ciudad decrepita y contaminada, con un número cada vez mayor de casas abandonadas, así como la fábrica que le da trabajo a todos y que amenaza con cerrar, se vuelven tan protagonistas de la historia como esas jóvenes que se están trasformando en monstruos a la vista de todos. Gwendolyn Kiste logra crear una atmósfera tan opresiva y vívida que podemos sentir que también nosotros nos encontramos allí, tras la ventana de una de esas casas en las que se celebran barbacoas en el jardín y se ocultan a las jóvenes para que no enturbien la celebración. Con esas madres de la calle que celebran reuniones llenas de alcohol en las que deciden el destino de sus hijas sin que les importe su opinión. O junto a esos hombres apáticos y sin esperanzas que planifican la próxima huelga y temen por sus trabajos.
“A veces la única respuesta satisfactoria, la única que te haría dejar de preguntarte, era la única que querías que no llegara nunca”.
Con una prosa muy cuidada y por momentos lírica, Kist nos hace partícipe de la impotencia de Phoebe ante unas trasformaciones que no puede detener. A la culpa que siente por no poder ayudar. A su desesperación ante los errores del pasado. A su deseo de exorcizar los fantasmas que la han estado acechando desde que abandonó la ciudad sin mirar atrás. Y puede que se le presente la oportunidad de enfrentarse a ese ayer para encontrar respuestas, aunque quizás no sean las que quiere o espera hallar.
Trasformaciones, monstruos, amistad, poder, arrepentimiento, dolor, soledad… Las Doncellas de Óxido, de Gwendolyn Kiste, es una novela maravillosa, oscura y opresiva. Con una atmósfera angustiosa que se siente real y con momentos verdaderamente inquietantes que harán las delicias de los lectores de terror. Para mí, lo mejor de todo es el poso que deja la historia, así como sus múltiples capas. No solo es un libro feminista, sino que pone el foco en los roles de género y en las complicadas relaciones entre madres e hijas y lo aterrador que es el paso a la edad adulta. Además, la edición que ha preparado con mimo Dilatando Mentes incluye una espectacular portada e ilustraciones interiores de Juan Alberto Hernández, un increíble prólogo de Antonio Torrubia y un postfacio firmado por Silvia Broome que terminas de leer con ganas de aplaudir. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que le den una oportunidad a la novela. Espero que pronto podamos seguir disfrutando de Kiste en español.
¿Han leído Las Doncellas de Óxido? ¿Les llama la atención?
Al no encontrarla en Amazon, Fnac, Corte Inglés... o en las librerías de donde vivo, me he hecho con la versión Kindle en inglés. Tengo muchas ganas de leerlo, a ver si soy capaz de sumergirme tanto como sugiere tu reseña a pesar del cambio de idioma.
ResponderEliminarHola, David, espero que con leerlo en inglés no te impida disfrutarlo como se merece. La traducción que realizaron en español es increíble y la edición en una joya con las ilustraciones y todos los extras. Es una pena que no la pudieses encontrar con facilidad. La próxima vez te recomiendo que si no lo puedes encontrar en librerías consultes en la página de la editorial Dilatando mentes directamente. Allí puedes comprar todos sus libros y los gastos de envíos son muy bajos (si compras dos o más libros son gratis)
EliminarSaludos, ¡espero que Gwendolyn Kiste te conquiste!