El Pescador, de John Langan

¿Qué estarías dispuesto a hacer para recuperar a alguien a quien has perdido? ¿Qué límites traspasarías? ¿Se puede sobrevivir al dolor o encontrar consuelo? Hoy quiero hablarles de El Pescador de John Langan, novela de terror ganadora del Premio Bram Stoker en el año 2016 y que llega a las librerías españolas gracias a La Biblioteca de Carfax y a la cuidada traducción de Alberto Chessa. Una historia asombrosa que mezcla horror cósmico con historias muy humanas de duelo y desesperación.

“Hace unos años, no importa cuántos, empecé a pescar. Llevo ya pescando un buen tiempo, de modo que, como os podéis imaginar, me conozco un par de historias. Eso es lo que son los pescadores, ¿no es cierto? Contadores de historias”.

Esta es historia de Abe, un hombre de mediana edad y viudo prematuro, que encontró en la pesca quizás no la salvación, pero si un consuelo. Pues es la actividad que, aunque no funcionó como una cura milagrosa, lo alejó de la espiral de autodestrucción en la que se vio sumergido tras perder a su esposa solo un par de años después de haberse casado. Cuando en su trabajo uno de sus compañeros, llamado Dan, también sufre una perdida terrible que cambia su mundo completamente, la pesca se convierte en un nexo entre esos dos hombres que conocen de cerca lo que es el dolor.

Pero la naturaleza del duelo de Abe y Dan es muy diferente porque, aunque ambos son viudos, mientras que el primero tuvo tiempo de despedirse de su mujer porque la acompañó durante toda su enfermedad, para Dan fue un accidente el que lo dejó en un instante no solo sin esposa, sino también sin sus hijos. Así que cuando las leyendas sobre el arroyo del Holandés les hacen querer ir a pescar al enigmático lugar, cada uno de ellos lo hace buscando algo diferente, pero ninguna historia les podía preparar para lo que estaban a punto de encontrar. 

“¿Te puede perseguir una historia? ¿Puede llegar a poseerte?” 

Dividido en tres partes, mientras la primera y la tercera se centran en contarnos la historia de Abe y Dan, la segunda se dedica a relatarnos con detalle cómo surgió la leyenda que vuelve tan misterioso y peligroso a todo lo que rodea al arroyo del Holandés también conocido como "Der Platz das Fischer". Es muy posible que el hombre que narra el relato como una advertencia para los dos pescadores en una destartalada cafetería sea un viejo conocido para muchos. En esta segunda parte, John Langan usa elementos reales sobre la construcción de un embalse en las montañas cercanas a la ciudad de Nueva York con elementos sobrenaturales que hacen de la narración algo excepcional. 

El escritor se toma su tiempo para ir hilando una historia de las que te hacen estremecer. Nos va presentando en profundidad a sus personajes, con sus motivaciones, sus miserias y sus anhelos y sin darte cuenta terminas tan metido en la narración que no puedes parar de leer, porque necesitas saber cómo acabará todo, si es que acaba realmente. Además, la figura de «el Pescador» y su titánica empresa son de las que causan tanta repulsión como fascinación. 

Como siempre en los libros de La Biblioteca de Carfax hay que destacar también la increíble portada de Rafael Martín Coronel, es impresionante que el artista logre que su trabajo para cada nueva novela sea más espectacular que el anterior. 

“En él solo había ausencia, un vacío descomunal que lo abarcaba todo” .

Pérdida, dolor, horror cósmico, nigromantes, leyendas… El Pescador es una novela extraordinaria en la que el duelo y la amistad juegan un papel fundamental. John Langan tiene un estilo cuidado y maravilloso, uno que logra que ansíes descubrir qué esconde la siguiente página, y que te sumerge en un océano negro donde el terror puede tomar muy diversas formas y en el que cada personaje elige una manera diferente de hacer frente a un sufrimiento que es imposible clasificar. Ahora no me queda más que recomendarles que se dejen deslumbrar por la prosa de Langan, y que descubran el horror y la belleza de las imágenes que logra crear, son de las que no se olvidan.

¿Han leído El Pescador? ¿Les llama la atención?