Zeinumb. Parque de atracciones, de José María Carrasco Soriano

¿Qué pasaría si pudieses visitar y formar parte del universo que ha creado tu película favorita? Si en un futuro no muy lejano existiese un parque de atracciones tan moderno y realista que te permitiese vivir en primera persona las aventuras de los protagonistas de tu space opera predilecta, esa que te hacía esperar cada nueva entrega cinematográfica con una mezcla de emoción y nervios. Bienvenidos a Zeinumb. Parque de atracciones de José María Carrasco Soriano, un lugar casi mágico donde los sueños más frikis pueden hacerse realidad. 

"Nada. Ni las películas, ni la información encontrada en Internet, ni los más osados sueños los habían preparado para aquella experiencia. Sencillamente, estaban allí" 

Jeremías y Ricardo son dos amigos amantes de la ciencia ficción que se dirigen al cine a ver la última entrega de La trilogía de Zeinumb, cuando sufren un terrible accidente. Tras estar expuestos a dosis mortales de radiación deciden someterse a un tratamiento experimental que implica tres años de hibernación para su completa recuperación, pero al despertar descubren que han trascurrido trece años desde su ingreso al hospital, aunque para ellos solo parece que han pasado unas pocas horas dormidos. 

Antes de recibir el alta en el hospital y tras ver como todos sus amigos y familiares han envejecidos más de una década mientras ellos permanecen igual, descubren que Zeinumb ya no es solo una trilogía de películas, sino que en las afueras de Madrid se ha construido un espectacular y muy exclusivo parque de atracciones donde revivir las aventuras que Bob Zacker creó para la gran pantalla. Aunque es todo un lujo visitar el parque debido al alto costo de sus entradas, deciden que es una oportunidad única para experimentar una de sus aventuras favoritas y pocos días después de estar de nuevo en casa con sus respectivas familias, se embarcan en un viaje que superará sus más locas expectativas. 

"Lo que para muchos era un lugar de extrema diversión para otros se había convertido en una cruel broma de supervivencia". 

Zeinumb es un lugar que supera los sueños de cualquier aficionado, con un estricto sistema de puntos que debes conservar para seguir con vida y armas para atacar a todo bicho marciano que haga su aparición en lo que, más que un parque, es una ciudad con todos los servicios y lujos que el dinero pueda pagar. La experiencia hace que tanto Jeremías como Ricardo sientan que han llegado a una especie de paraíso, pero la realidad no es la misma para todos los usuarios, mientras unos se divierten en la adictiva realidad alternativa, otros hacen cualquier cosa por sobrevivir, y será Marta, la hermana menor de Ricardo que ahora es socióloga y se encuentra realizando su tesis, quien se encargue de descubrir esos secretos. Uno de mis personajes favoritos es Lito, un niño huérfano que tiene en el parque su hogar y es adorable. 

Con capítulos cortos, el libro está repleto de acción y también de humor (casi todas las interacciones de nuestros protagonistas con los empleados del parque son divertidísimas y nos permiten ver la realidad tras la magia que disfrutan los usuarios. Las descripciones del parque hacen que lo quieras visitar, y no solo porque los nombres de las calles y los edificios estén repletos de referencias a autores de ciencia ficción o directores de cine, lo cual es todo un acierto. El único punto negativo es que el final de la novela me pereció un tanto abrupto, aunque cierra todas las tramas, me habría gustado que contara con unas cuantas páginas más.

"Zeinumb era una space opera, lo que dejaba de lado el rigor científico en favor de la diversión" 

Aventuras, arañas marcianas, un juego adictivo que te reta constantemente y un lugar que es el sueño de cualquier friki de la ciencia ficción, Zeinumb. Parque de atracciones es una novela corta y divertida que te hará desear estar en el lugar de sus personajes para tener la oportunidad de visitar las instalaciones por ti mismo. Repleta de guiños y referencias a obras de fantasía y ciencia ficción, José María Carrasco Soriano hace un buen trabajo recordándonos al niño que todos llevamos dentro.

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