A las mujeres nos ha llevado mucho más tiempo ir logrando los mismos derechos que los hombres ya gozaban o daban por sentados y, aunque la batalla por el derecho al voto de las mujeres es la más conocida de todas, en la novela gráfica Mujeres en lucha, de Marta Breen, e ilustrada maravillosamente por Jenny Jordahl, se hace un repaso de los últimos ciento cincuenta años de reivindicación feminista y sobre cómo ha cambiado la vida de la mitad de la población mundial desde que pudieron organizarse y exigir sus derechos.
El libro inicia recalcando cómo en el siglo XIX la vida de las mujeres era muy distinta a la de los hombres: sin posibilidades de estudiar, tener tierras o con muy pocas oportunidades de ganarse la vida por ellas mismas. Dependiendo del padre hasta el momento en el que se casaban y pasaban a depender de sus esposos. Nos habla así mismo de la Primera Convención Feminista, cuando se escribió y firmó la primera declaración de igualdad, impulsada por dos mujeres abolicionistas: Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Moot.
Dedica un apartado para mostrarnos la lucha de las mujeres contra la esclavitud y nos presenta la historia de Harriet Tubman, quien logró liberar a cientos de esclavos de las plantaciones, después de escapar ella misma de una. Así mismo nos habla de Sojourner Truth que peleó especialmente por las mujeres negras que no tenían ningún derecho en absoluto, y que afirmaba que, si solo se luchaba por el derecho de las mujeres blancas y los hombres negros a votar, ellas seguirían igual de oprimidas.
La novela gráfica también nos presenta las tres causas más importantes por las que han luchado el movimiento feminista: 1. El derecho a recibir una educación, trabajar y ganar dinero por sí mismas; 2. El derecho a votar en las elecciones, y 3. El derecho a la integridad corporal.
Entre las mujeres que lucharon por el derecho de la educación nos presentan a Olympe Gougues en Francia y a Mary Wollstonecraft en Inglaterra. Ya en 1791 Olympe Gougues escribió una constitución paralela para hablar de los derechos de la mujer, pues la creada tras la Revolución francesa hablaba de libertad, igualdad y fraternidad, pero solo para los hombres. Por su parte Mary Wollstonecraft escribió Vindicación de los derechos de la mujer, en la que expresaba su opinión sobre la concepción de Rousseau y lo que él llamaba «la naturaleza de las mujeres».
El siguiente capítulo habla sobre las sufragistas, lo dura y larga que fue su lucha para conseguir el voto de las mujeres. Que, aunque empezó de manera pacífica, terminó pasando a la acción de forma más contundente: con bombas para provocar incendios, apedrear escaparates, y las que quizás sean las acciones más conocidas de las sufragistas: colocar la bomba en la casa del futuro primer ministro o la muerte de Emily Davison, quien se arrojó frente al caballo del rey Jorge V en plena carrera.
Se nos cuenta la historia de Táhiirih, una poeta iraní que se conoce como la primera mártir del movimiento feminista. Y luego le sigue la historia de las socialistas, que consideraban que el movimiento feminista era parte de la lucha de clases, y nos habla del nacimiento del 8 de marzo para reivindicar los derechos de las trabajadoras, que estaban oprimidas por partida doble.
Para ejemplificar la lucha por la integridad del cuerpo de la mujer se nos narra la introducción de los métodos anticonceptivos que consideraban inmorales y sobre los que estaba prohibido hablar y en el que la educación forma parte fundamental. Y luego sobre el derecho al aborto, uno con el que aún no cuentan todas las mujeres en los diferentes países del mundo y que no se puede dar por sentado ni siquiera aquí en España, donde parece que incluso ahora tenemos que seguir luchando para no perder los avances conseguidos.
Margaret Sanger (1879-1966) "Ninguna mujer podrá ser libre si no posee y controla su propio cuerpo"
Además de explicarnos las diferentes olas del feminismo, hay un apartado dedicado a presentar cuántas mujeres han llegado a ser jefas de estado, un dato que puede resultar un tanto desalentador si tenemos en cuenta que los países que han tenido a una mujer en ese cargo aún no llegan al diez por ciento entre todos los territorios del mundo. Si bien es cierto que en estos ciento cincuenta años la situación ha mejorado para las mujeres en general, estamos aún lejos de la igualdad.
Mujeres en lucha, de Marta Breen y las ilustraciones de Jenny Jordahl, es un buen punto de partida para todos aquellos que quieran adentrarse en el feminismo. Nos presenta las inspiradoras historias de mujeres valientes e inconformistas que trabajaron para transformar el mundo y nos invita a seguir investigando sobre temas que aquí solo se nombran brevemente pero que es importante que conozcamos, para entender hasta qué punto la igualdad es posible, pero que todos tenemos que trabajar por ella.
¿Han leído Mujeres en la lucha? ¿Les llama la atención?
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