Sistemas críticos, de Martha Wells

En un universo donde los viajes entre planetas ya son una realidad, nos encontraremos con un protagonista de lo más particular. Aunque no debería tener nombre, se llama a sí mismo Matabot, y es una de las SegUnidades que todas las compañías aseguradoras hacen contratar a sus clientes cuando deciden hacer exploraciones a nuevos territorios. Pero, a diferencia de todos los otros androides que cumplen con su misma función, nuestro Matabot ha hackeado su módulo de control. Ganadora de los premios Hugo, Nebula y Locus a mejor novela corta, ya podemos disfrutar en español de Sistemas críticos de Martha Wells, la primera entrega de la serie Los diarios de Matabot. 

“Podría haberme puesto a matar gente después de hackear mi módulo de control, pero entonces me di cuenta de que tenía acceso a la red combinada de canales de entretenimiento que transportan los satélites de la aseguradora”. 

Con estas palabras se nos presenta nuestro protagonista y narrador Matabot, una SegUnidad que logró hackear su sistema para así no tener que seguir órdenes que no deseaba llevar a cabo. Una vez libre decidió no transformarse en un asesino consumado, como nos advierten todas las historias de robots fuera de control, sino que ha pasado todo su tiempo desde entonces consumiendo películas, telenovelas, libros, obras de teatro y música. Como la aseguradora de la que es propiedad no sospecha nada, le han asignado en una nueva misión de seguridad: un trabajo en el que debe aparentar ser un androide común, mientras lo único que quiere realmente es que lo dejen tranquilo, para seguir disfrutando de sus telenovelas. 

Es durante esa misión a un lejano e inexplorado planeta, para la que fue contratado por un grupo de científicos que no tenían experiencia previa con una SegUnidad, que las cosas empiezan a salirse de control. Así que, cuando otro grupo (que se encuentra explorando un continente diferente de ese mismo planeta) desaparece misteriosamente de la noche a la mañana, Matabot y los humanos bajo su responsabilidad deberán tratar de averiguar qué está ocurriendo.

“Como máquina de matar despiadada, era un completo fracaso”.

Lidiar con un grupo de humanos preocupados debería ser fácil, pero, aunque fue creado para defenderlos porque está diseñado como una máquina de matar muy eficiente, interactuar con ellos es otra cosa. Matabot detesta a los humanos, o para ser más específicos, lo que realmente odia es tener que interactuar con ellos. Sabe que su presencia les pone nerviosos, y lo que es peor, no sabe cómo actuar de manera natural ante ellos, sin importar cuantas horas de series y telenovelas haya visionado. 

Si bien es cierto que descubrir qué misterios y secretos esconde el lejano territorio es interesante, lo verdaderamente fascinante es ir conociendo mejor a nuestro protagonista. Martha Wells juega con nuestras expectativas e ideas preconcebidas y nos va desvelando poco a poco el origen de las SegUnidades en general, y de Matabot en particular. Yo quedé deslumbrada con su historia y su ironía. Que sea tan tímido y tenga tanta fobia social hace que solo quieras abrazarlo y alejarlo de todos los peligros, aunque en teoría fue creado para ser una máquina de matar difícil de destruir.

“Vale, prefiero a las personas imaginarias del canal de entretenimiento antes que a las de verdad, pero no se puede tener lo ficticio sin lo real”.

Mundos por explorar, misterios, secretos, peligros inesperados, humor e ironía… Sistemas críticos de Martha Wells es una novela corta repleta de acción que nos llevará a conocer a un protagonista de la que es imposible no terminar encariñándose. Me gustaría destacar también la increíble portada obra de Cecilia G.F., y el excelente trabajo de traducción de Carla Bataller Estruch. Estoy deseando que se sigan publicando en español Los diarios de Matabot, y creo que a ustedes les pasará lo mismo después de que conozcan a esa SegUnidad que está buscando su identidad, su lugar en el mundo, y a la que seguro aún le quedan muchas más aventuras con las que deleitarnos.

¿Han leído Sistemas críticos? ¿Les llama la atención?