Condición artificial, de Martha Wells

Hemos visto y leído muchas veces sobre terribles robots descontrolados que se convierten en máquinas de matar despiadados, pero ¿y si esa no fuese la única alternativa? ¿Qué pasaría si decidiesen no cometer asesinatos, sino que solo quisieran que los dejasen tranquilos para dedicarse a ver series, películas o a leer? Bajo esa interesante premisa Martha Wells creó la multipremiada serie Los diarios de Matabot, y hoy quiero recomendarles a todos su segunda entrega: Condición artificial.

“Os habréis fijado en que para ser un matabot aterrador la cago bastante a menudo”. 

Si aún no han leído Sistemas críticos, la novela corta ganadora de los premios Hugo, Nebula y Locus con la que inician Los diarios de Matabot, mi recomendación es que no continúen avanzando en esta entrada, porque puede contener spoilers de esa primera entrega. Pueden visitar mi reseña aquí y después ir corriendo a su librería más cercana para descubrir por ustedes mismos la increíble historia de Matabot. 

Condición artificial inicia poco tiempo después de los sucesos narrados en Sistemas críticos y nos rencontraremos con Matabot, ese híbrido que lograr hackear su propio módulo de control y solo quiere que lo dejen tranquilo para mirar series en los canales de entretenimiento y al que únicamente le gustan los humanos en la ficción. Ahora que goza de cierta libertad quiere encontrar respuestas a las lagunas que tiene de su propio y violento pasado antes de seguir avanzando para encontrar su lugar. 

“Ahora tenía un plan. O tendría un plan, cuando pudiera responder a una pregunta importante”. 

Para descubrir qué ocurrió realmente en esa matanza de su pasado, de la que tiene solo recuerdos confusos y que le hizo adoptar el nombre de Matabot cuando logró hacerse con el control de su propio sistema, debe encontrar y viajar al planeta en el que todo sucedió. Pero la elección que hace para llegar hasta allí le hace establecer una extraña relación con un Transporte de Investigación llamado TIP, que terminará por convertirse en un aliado de lo más particular y por momentos aterrador. 

Encontrar respuestas no será nada fácil. Además, sin pretenderlo Matabot, nuestro híbrido máquina humano, se verá de nuevo teniendo a un grupo de personas bajo su protección y cumplir con esa misión secundaria es lo que le permitirá llegar más cerca de esas respuestas que tanto ansía antes de poder decidir qué quiere hacer con su nueva libertad. 

“Claro, el gigante transportebot va a ayudar a la SegUnidad híbrida a fingir que es humana. Esto va a ir de maravilla”. 

Todo lo que me había gustado de la primera entrega: la ironía y el humor de Matabot, los secretos, las conspiraciones y las mentiras, están aquí de nuevo y también mucho más. Es un verdadero placer leer a Martha Wells y descubrir a sus personajes tan complejos. TIP llega para robarse un poco nuestro corazón y disputarse con Matabot el puesto como personaje favorito del libro. 

Condición artificial, de Martha Wells, está repleta de acción y misterios, de humor e ironía, mientras trata también temas como la importancia de la representación, los efectos de la depresión y la ansiedad social, o lo duro que es sentirse perdido y sin encontrar tu lugar. De nuevo la traducción de Carla Bataller Estruch es excelente y la ilustración de Cecilia G. F. para la portada es impresionante. Yo estoy deseando que pronto se publiquen las dos entregas que faltan en español de Los diarios de Matabot, ¡necesito más! Y ustedes también, aunque aún no lo sepan.

¿Han leído Condición artificial? ¿Les llama la atención?