En las últimas semanas he leído cuatro novelas muy diferentes que mezclan fantasía y ciencia ficción de forma increíble. Que logran unir brillantemente la magia y la ciencia, para crear escenarios e historias inolvidables. Precisamente, el libro que les recomiendo hoy une esos géneros (a veces tan antagónicos) de manera espectacular: Linaje ancestral, de Adrian Tchaikovsky. Una novela corta llena de humor y reflexiones que nos llevará a un planeta muy lejano que, en teoría, está gobernado por la magia.
«Estaba en el mismísimo portal de los dominios del hechicero, donde nadie había vuelto a ir desde que su antepasada acudió para pedir ayuda a la magia para combatir a la magia».
El libro se encuentra narrado por dos voces. La primera de ellas es la de Lynesse Cuarta Hija, una princesa que nunca se ha sentido aparecida por su madre o por sus hermanas mayores. Una muchacha rebelde que cuando escucha que hay un demonio que está acabando con los habitantes de los pueblos vecinos, sembrando el horror y el pánico por donde pasa, decide romper todas las reglas y solicitar ayuda al poderoso hechicero que vive en una torre donde nadie ha acudido desde hace generaciones. Ya que su madre no está dispuesta a ayudar a los afectados por el temible ser, decide invocar el pacto que el gran mago selló con sus ancestros con el fin de combatir la magia con más magia.
Nuestro segundo narrador es a quien Lynesse conoce como el Ancestro Nyrgoth, pero que realmente se llama Nyr Illim Tevitch y resulta que no es ningún mago. Solo un antropólogo de segunda clase del Cuerpo de Exploradores de la Tierra. Un hombre que fue enviado a ese extraño y lejano planeta con la finalidad de estudiar cómo se había desarrollado una de las colonias que los humanos habían establecido a lo largo y ancho de la galaxia gracias al uso de naves generacionales. Un trabajo solitario que le impide interactuar directamente con las personas que estudia, para no interferir de ninguna manera en su desarrollo.
«Un demonio decían. Algo que no podía ser combatido. Devoraba tanto bosque como feudos. Magia maligna que no había sido vista desde los tiempos de la Regente Astresse y su guerra contra Ulmoth».
Sin embargo, ya que Nyr rompió las reglas en el pasado y ayudó a una regente llamada Astresse a combatir una amenaza "mágica", ahora su descendiente Lynesse acude a la puerta del antropólogo y lo saca de su sueño inducido para que los vuelva ayudar. Un demonio está acabando con todo lo que se encuentra en su camino y solo el hechicero posee la capacidad de derrotarlo. Y aunque Nyr tiene claro que no puede ser un demonio ya que lo que en ese planeta llaman magia no es más que ciencia, decide nuevamente intervenir y partir junto a la princesa rebelde para encontrar respuestas.
Con capítulos intercalados en los que vamos cambiando entre los puntos de vistas de una y otro, iremos descubriendo paso a paso ese planeta con su sociedad primitiva, así como la razón de que ese lugar fuese poblado en el pasado y luego olvidado que habían llegado desde las estrellas. Tchaikovsky logra de manera prodigiosa crear una historia en la que sus dos protagonistas son tan diferentes que incluso la comunicación real parece imposible. Porque el pueblo de Lynesse no tiene el vocabulario con el que hablar de ciencia, y todo se transforma en magia para ellos. Algo que se aprecia a lo largo del libro, pero hay un capítulo en particular en el que se ve exactamente lo que el Nyr cuenta y la forma real en la que lo entienden los nativos, y que es simplemente espectacular.
«Es como si las partes emocionales de mente fueran como un sótano en el que he encerrado cosas muertas, y cuando abro la puerta…, salen de él gusanos y moscas que se alimentan de la carroña. Pero, a pesar de todo, debo hacerlo, pues tanto el pestillo como las bisagras están a punto de romperse».
Otra de las particularidades del libro es que en ese futuro cuentan con una tecnología que le permite a Nyr apagar sus emociones de manera temporal. Un mecanismo que hace que no tenga que lidiar con su depresión en todo momento. Que le ayuda a tomar decisiones de manera racional, sin enfrentar sus emociones reales en momentos determinados. Pero que le obliga a enfrentarse a ellas al final, porque su mente se va cargando y en algún momento debe lidiar con esas emociones. Las reflexiones que logra hacer sobre la depresión con el uso de ese invento son de lo mejor de la novela sin dudar.
Magia, ciencia, demonios, princesas, colonización espacial, depresión, comunicación, rebeldía… Linaje ancestral, de Adrian Tchaikovsky es una novela adictiva y muy entretenida. Llena de aventuras, reflexiones y mucho humor. Que no solo nos habla de temas como la depresión, la soledad o lo que cuesta la verdadera comunicación, sino que además cuenta con personajes carismáticos a los que es muy fácil tomarles cariño. Cuando la empecé a leer no pude evitar pensar en El mundo de Rocannon, de la grandísima Ursula K. Le Guin, pero Tchaikovsky logra adaptar ese mismo tropo que usa la autora a su propio estilo con maestría. Si están buscando la mezcla perfecta entre ciencia ficción y fantasía tienen que darle una oportunidad.
¿Han leído Linaje ancestral? ¿Les llama la atención?
Más reseñas del autor:
No hay comentarios :
Publicar un comentario