El destino del Tearling, de Erika Johansen.

Toda acción tiene consecuencias, incluso las más nobles. Eso es algo que Kelsea Glynn, la recién coronada monarca del Tearling, ha tenido que experimentar de primera mano desde que asumió el difícil control de su reino. Sus enemigos no han parado de crecer y las amenazas que representan la Reina Roja, Row Finn y la iglesia, encabezada por un codicioso Santo Padre, son cada vez mayores. Hoy hablaremos de El destino del Tearling, la última entrega de la trilogía La Reina del Tearling de Erika Johansen.

“Durante un breve período, Kelsea se había esforzado para abrir los ojos cada vez que el carro pasaba por encima de un bache”.

Si aún no han leído La Reina del Tearling o La invasión del Tearling, les aconsejo parar de leer esta reseña, porque contendrá spoilers de lo ocurrido en los dos primeros libros de la trilogía. Si todavía están dudando en darles una oportunidad pueden visitar mis reseñas haciendo clic en aquí y aquí para ayudarles un poco a decidirse.

El destino del Tearling continua pocos días después del final del segundo libro, con Kelsea en manos de la Reina Roja, prisionera por voluntad propia para evitar la matanza de su pueblo en una batalla contra el ejército de Mortmesne, la cual no podían ganar. Un sacrificio para darle a Maza, quien ahora es el regente, una oportunidad de preparar una defensa para cuando el período pactado termine. Sin sus zafiros y rumbo a una celda en la capital del país enemigo o con mucha más probabilidad, hacia su propia muerte, Kelsea se atormenta por no conocer el final de la historia a la que la llevan sus visiones, descubrir qué causó que la utopía de Tear se derrumbara tan rápido después de la travesía.

En el castillo del Tearling será Aisa, la pequeña guerrera, quien nos cuenta cómo lleva Maza ser el regente, cómo realiza su gestión desde que Kelsea se entregase al ejército enemigo y estos se retirasen sin hacer saqueos en la ciudad o en cualquier lugar del reino y de la frustración de toda la guardia real por no haber podido defender a la reina, sobretodo de Pen, que ahora parece más un alma en pena que se culpa por no haberle impedido entregarse a la Reina Roja. Todo ello mientras tratan de solucionar los problemas que sigue padeciendo la cuidad, que van desde la reubicación de todos los refugiados o la recolección de la cosecha, hasta tener que limpiar La Guardería, ese sitio plagado de horrores que se esconde en las entrañas de la cuidad.

“Me encomendó que me encargara de los indefensos, y no solo de los poderosos, y esa tarea no puede esperar hasta que ella regrese a casa”.

Kelsea no es la única que tiene problemas, pronto la Reina Roja se da cuenta que el descontento de su gente está cada vez más generalizado. La rebelión que se había iniciado en los pueblos lejanos cada vez está más cerca de la capital, incluso sus propios soldados están molestos por no haber podido saquear el Tearling tras esa guerra que no se llegó a producir. Pero si hay algo que causa verdadero pavor a la imperturbable reina, es la posibilidad de que la cosa oscura que habitaba en el Fairwitch y su creciente ejercito de atrocidades decidan ir a por ella. Ante ellos, su magia no puede hacer nada, y ahora que sabe que los zafiros del Tearling no la obedecen está totalmente indefensa.

Aunque perdió sus zafiros, pronto Kelsea se da cuenta que puede seguir viajando al pasado, y de repente se ve arrastrada junto a Katie Rice, una joven nacida después de la travesía que le permitirá ver qué sucedió tras la llegada de Lily y Tear a esas nuevas tierras, es allí donde tratará de descubrir qué salió mal, porque el nuevo mundo pasó de ser un sueño a una pesadilla, también buscará ver qué papel jugaron tanto el Traedor como Row Finn en todo ello.

Con una narración coral en la que contaremos con Kelsea, el enigmático Traedor, la pequeña guerrera Aelin, el alcohólico Javel, la bruja Brenna, el padre Tyler, el guardia de la cárcel Ewen e incluso a la Reina Roja como protagonistas, veremos lo que ocurre en los diferentes rincones del mundo, de modo que las aventuras se suceden continuamente, pues con tantos peligros al acecho, es imposible parar de leer.

“¿Cómo lo arreglo? ¿Qué hay que hacer para conseguir un mundo mejor?”

La novela se encuentra dividida en tres libros, y aunque el primero y el segundo me gustaron mucho, en el tercero, siento que la autora hizo un poco de trampas y nos dio un final que, aunque no se puede catalogar de Deus ex machina porque podíamos intuir desde el principio que podía emplear el recurso que utilizó, sí que tiene un efecto que soluciona toda la trama de forma casi mágica, y aunque es válido, a mí particularmente no me gustó. Hubiese preferido que ideara una manera menos perfecta de solucionar el millón de problemas que se van construyendo a lo largo de toda la trilogía.

Misterios, magia, viajes en el tiempo y sacrificios, El destino del Tearling, es la conclusión de una trilogía sorprendente pero que desde mi punto de vista, tiene un tramo final que no está a la altura de los libros anteriores, al menos yo hubiese preferido que los problemas se solucionasen de otra forma. En definitiva, creo que es uno de esos finales que te encantan o que odias, y que en mi caso no me convenció. Tocará ver si a ustedes la pasa lo contrario.

¿Han leído El destino del Tearling? ¿Les llama la atención?