Ya saben lo mucho que me gusta la fantasía grimdark. Esas historias en las que el mundo y los personajes no son ni negros ni blancos. En las que las líneas entre el bien y el mal o lo correcto y lo incorrecto, no están muy definidas. Por eso hoy quiero recomendarles Gris era el páramo, de Javier Miró. Una novela en la que acompañaremos por una tierra hostil a un grupo de personajes tan grises como el título que da nombre al libro. Un viaje por un lugar desolado, frío y azotado por diferentes vientos, en donde únicamente los más valientes o desesperados se atreven a adentrarse. Pero del que solo unos pocos consiguen salir.
«Gris era el Páramo. Grises eran las figuras que lo surcaban».
Narrada de manera coral y dividida en cinco partes, conoceremos la historia de un mundo gélido y sin color. Un lugar en el que abunda una magia oscura y poderosa. Nuestra primera narradora es Nyx, una joven asesina y una caminante. Es decir, una de las pocas personas que puede no sólo atravesar el Velo con su mente, sino también transitar con todo su cuerpo por la Umbra, que es una especie de plano paralelo que vive junto al nuestro y al que algunos dotados pueden ver y extraer magia y poderes. Sin embargo, muy pocos son capaces de adentrarse con su cuerpo y moverse en la Umbra, desapareciendo del mundo real para reaparecer a voluntad. El don de Nyx la convierte en una asesina letal, pero también la obliga a estar unida a un amo cruel. En definitiva, es una joven que solo aspira a ganar su libertad.
Nuestro segundo protagonista es Lem. Un jovencito que se está formando en la Academia para ser un augur, un adivino. Según todos, él debería tener el don de ver el futuro, pero hasta ahora Lem solo se siente como un fraude. Se ha criado entre los muros de la estricta Academia, soportando la crueldad de sus maestros y de sus compañeros. Así que está desesperado por huir de allí, porque si un augur miente sobre el futuro que ve en sus visiones, su destino es la muerte. Entre lección y lección, nuestro protagonista sueña con escapar, pero también fantasea con prender fuego a todo y a todos.
«Se suponía que el porvenir debía presentarse frente a él, abrirse como un ojo de metal resplandeciente que lo iluminara y le marcara el camino. Sin embargo, él estaba tan ciego como de costumbre. Su fracaso era cada vez más evidente».
Nuestros últimos narradores son Maia y Wyalar. Dos soldados de la Torre que están viajando por el Páramo porque tienen una misión que cumplir. Una guerrera y un arquero que se ven obligados a buscar respuestas. La Princesa desea saber por qué desde hace un tiempo no hay noticias del escuadrón encargado de vigilar una de las atalayas que se encuentra en los confines de la Desolación. Y desde la que se aseguran que no produzcan las temidas Oleadas. Porque en ese vasto territorio, ese océano de tierra, fango, polvo y vientos implacables, ha sufrido invasiones en el pasado. Pero ya que ocurrieron hace tanto tiempo, que nadie sabe cuánto hay de verdad entre todos los mitos que circulan de boca en boca.
(Mapa de La Desolación ilustrado por Ricardo Sánchez)
Uno de los grandes aciertos de la novela es la ambientación. Ese mundo gris y sin colores es complejo y fascinante. Ese Páramo por el que viajan nuestros protagonistas, así como las ciudades y pueblos que posee, están llenos de detalles y secretos. Por ejemplo, en un primer momento que el metal tenga tanto valor, que encuentren tuberías enterradas, que haya ciudades subterráneas, o que estén buscando gemas resulta alucinante. Sin mencionar todo lo que implica la existencia del Velo y la Umbra, o de cómo allí los colores se invierten. O de la magia, con sus muchas variantes y los diferentes poderes que dan los halos. Incluso la política y la religión que dominan el Páramo son interesantes. Es imposible resumirlo y hacerle justicia, así que es mejor que lo descubran al leer.
«El mundo, ya de por sí fantasmagórico, al cruzar el Velo se convertía en una pesadilla».
Si le tengo que poner un pero al libro es que al principio me costó conectar con los personajes. Porque más que grises, en un primer momento todos me parecieron demasiado oscuros. Que sea un libro coral y que no pudiera intuir cómo se conectaban todas esas tramas tan independientes también hizo que me costara engancharme a sus aventuras individuales. Pero mientras avanzaba, me terminé por preocupar por todos. De lo que aún no estoy estoy segura es de si el libro tendrá o no una continuación. Aunque empecé creyendo que era una novela independiente, me parece que quedan suficientes preguntas por responder como para que tengamos más historias ambientadas en ese enigmático Páramo.
Viento, secretos, asesinos, umbra, misiones, sueños… Gris era el páramo, de Javier Miró es una novela grimdark con un mundo realmente fascinante. Llena de aventuras, enigmas y de mundos dentro de mundos. Con unos personajes a los que vale la pena conocer y que tomarán decisiones tan duras como el terreno que tienen que recorrer. Me habría gustado saber más de los sueños de nuestros protagonistas, o sobre el origen de La Desolación, así que ojalá podamos volver al Páramos para vivir más aventuras. Si están buscando una novela llena de secretos, con un universo rico y oscuro para explorar, tienen que darle una oportunidad.
¿Han leído Gris era el páramo? ¿Les llama la atención?
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