Mentiras de Dulcamara. Viajes por los Lugares Dúplices, de Vanesa Pérez-Sauquillo

 

La editorial Duermevela no para de publicar auténticas joyas. El tipo de libros que nos hacen soñar. Y en esta oportunidad nos llevan a descubrir una España alternativa llena de magia, en la que a través de pequeños “portales” podemos acceder al Paramundo. Lugares donde el espacio y el tiempo cambian. Sitios poblados por todo tipo de seres fantásticos: desde hadas que vienen a los Mundos Opacos a fin de recuperar lo que les han robado, hasta deidades olvidadas que regresan para ayudar a quienes las veneran. Y pasando por unos gnomos que terminan ofreciendo una hamburguesa a Velázquez (sí, el pintor). Hoy quiero recomendarles Mentiras de Dulcamara. Viajes por los Lugares Dúplices, de Vanesa Pérez-Sauquillo, una novela que derrocha imaginación y sentido de la maravilla.

«Y de mis idas y venidas por los Lugares Dúplices traje objetos y recuerdos que he intentado describir fielmente en estas Memorias de Dulcamara».

El libro nos relata las memorias de Dulcamara, la séptima hija de una familia que vivía y trabajaba en un molino de agua. Que creció a su aire, libre y desatendida. Y que era amiga de una niña esclava llamada Mairasi, a la que ella llama la niña golpeada. Antes de cumplir los doce años, llegó a su aldea un artista ambulante que, luego de verla en su presentación, le dejó un regalo: un cuchillo tan afilado que podía cortar el aire y abrir ventanas a sitios más allá del espacio y el tiempo. Eran las puertas a los Lugares Dúplices, espacios que nuestra protagonista visitó y de los que trajo los objetos, los recuerdos y las historias que se reúnen en el libro.

(Una de las ilustraciones de Eva Sánchez Gómez para libro)

Compuesto por dieciocho relatos que parecen independientes, pero que están interconectados, iremos descubriendo más sobre los seres del Paramundo. Desde la de valientes hadas que vienen a los Mundos Opacos para recuperar artículos robados por los humanos. Hasta escenarios donde un garbanzo negro permite a una joven afligida por la sobrecarga de trabajo y responsabilidades encontrar el amor. Así como historias divertidísimas donde un bandolero viudo puede reencontrar a la mujer de su vida y retomar su antigua agenda social, pero no sin consecuencias.

«Las manos tienen mucho poder.

Nos unen, nos enredan al mundo. No solo sirven para manipular objetos. Con gestos de manos abrimos y cerramos los momentos que compartimos con los demás».

Cuentos de hermanos gemelos que crecen muy diferentes por haber sido ungidos con ungüentos muy distintos, pero que tienen extrañas vivencias en común. O incluso poemas escritos a violines, que solo se pueden escribir en las tardes Stradivarius. Puede que uno de mis relatos favoritos sea el de un traje que llenó de éxito a un pintor que paraba de producir cuadros asombrosos. El artista era el hermano de una joven que acabó trabajando como pescadera cuando terminó en la calle y padeciendo una extraña enfermedad en la piel. Una historia sobre la culpa y la rabia de lo que no decimos.

(Una de las ilustraciones de Eva Sánchez Gómez para libro)

También entre los relatos que más disfruté está el de un joven autor que cree que ha escrito la mejor novela del mundo, y no para de intentar encontrar una editorial que se la publique. Y lo hace de una manera muy especial. Aunque con el que más me reí se titula Velázquez y los gnomos, y es porque une al famoso pintor con un par de seres liantes que obligan al artista a incluirlos en uno de sus cuadros luego de haberle dado a probar una comida que aún no había sido inventada en su tiempo: una hamburguesa. La habilidad de la autora para inventar una historia tan estrafalaria sobre el origen de un cuadro real me parece maravillosa.

«Algunos lugares son como campanas. Suenan en nuestro corazón y uno no puede dejar de acudir a su llamada».

Aunque si tengo que destacar otra historia favorita, tiene que ser la de Amalia, una mujer que en la España de 1948 descubre que está embarazada y debe alejarse de su marido para tener el niño en secreto. Porque ella es parte de un grupo de mujeres descendientes de seres del Paramundo que no tienen embarazos comunes y debe ocultarlo a fin de mantener a su hijo a salvo. Uno que lleva el concepto de mujer florero a un nivel totalmente nuevo. Otro relato que me gustaría recomendarles es el titulado Los sobaos del Apocalipsis (que me parece un título alucinante y con una historia divertidísima detrás). Una sobre códices, musas y el precio de la inspiración.

«El paso de lo dulce a lo amargo es frágil como un hilo. De la salud a la enfermedad. De la cordura a la locura. De la ficción al silencio, al vacío, a la nada».

Antes de terminar, me gustaría hacer mención de las preciosas ilustraciones que acompañan al libro y que son obra de Eva Sánchez Gómez, quien también fue la encargada de ilustrar la alucinante cubierta. Todas las historias están llenas de detalles asombrosos y parte de ellos los podemos descubrir en los Comentarios de Dulcamara con los que termina el libro. Por ejemplo, les puedo adelantar que una de las historias está inspirada en algo que hizo Charlotte Brontë con el manuscrito de El profesor.

(Una de las ilustraciones de Eva Sánchez Gómez para libro)

Hadas, museos, gnomos, artes, poesía, amor y desamor, guerra, gatos, sobaos, musas, garbanzos y el apocalipsis… Mentiras de Dulcamara. Viajes por los Lugares Dúplices, de Vanesa Pérez-Sauquillo, es una novela que desborda imaginación. La literatura grieta que crea la autora no solo es hermosa, sino que está llena de humor, reflexiones y de crítica social. Releyendo el primer relato después de terminar el libro, ahora siento que la historia de Dulcamara es muy diferente de lo que en un principio me pareció. Si están buscando un libro de fantasía que les haga soñar con otros mundos y les permita escapar del nuestro, tienen que darle una oportunidad.

¿Han leído Mentiras de Dulcamara? ¿Les llama la atención?