In the Nevernever: Ahí abajo, entre raíces y huesos, de Seanan McGuire

Ahí abajo, entre raíces y huesos, de Seanan McGuire

19 noviembre 2018


Hace unos meses les hablaba de una de mis mejores lecturas del año: Cada corazón, un umbral. Hoy tengo el placer de volver a visitar el extraordinario universo creado por Seanan McGuire y recomendarles Ahí abajo, entre raíces y huesos, la segunda novela ambientada en el mundo de los Niños Descarriados y que funciona como un relato independiente. Una precuela que nos cuenta la historia de Jack y Jill, las gemelas que son dos de las protagonistas del primer libro, para contarnos en profundidad cómo llegaron a transformarse en las chicas que conoceremos años más tarde en la Residencia para niños descarriados de Eleanor West.

“Ambas querían que la gente las viera a ellas, no la imagen que de ellas se habían hecho otras personas”.

Cuando conocemos a Jack y a Jill en Cada corazón, un umbral (pueden leer mi reseña aquí) las chicas tienen diecisiete años y nos hablan un poco sobre Los Páramos, ese aterrador mundo donde fueron a parar cuando tenían solo doce años, y que sentían como su verdadero hogar. En Ahí abajo, entre raíces y huesos podremos ver cómo terminaron allí, qué clase de vida las hizo tomar la decisión de entrar en un viejo baúl y bajar por unas escaleras oscuras y polvorientas hasta un sitio donde horrores y maravillas las estaban esperando.

Dividida en cuatro partes, la novela empieza por presentarnos a Chester y Serena Wolcott, una pareja de egoístas que deciden tener hijos no porque realmente quieran ser padres, sino como una oportunidad de obtener mayor estatus entre sus compañeros de trabajo y conocidos. Como si un hijo fuese el accesorio que necesitan para entrar en ese círculo de elogios y alabanzas por su buen trabajo de ser padres que recibían los otros y del que se sentían excluidos por no tener descendencia. 

“Serena y Chester Wolcott habían sucumbido al peligroso encanto de los hijos ajenos. No tardarían en descubrir el error que habían cometido. La gente como ellos siempre lo descubre”.

Y aunque Serena quería tener una niña para transformarla en una princesa perfecta, y Chester un niño con el que jugar a la pelota y fuese la envidia de sus amigos, terminan teniendo a dos niñas: Jacqueline y Jillian. Pero eso no hace que cambien sus deseos. Ambos padres las criarán de manera que, aunque sean gemelas, no puedan ser más diferentes entre sí. Jacqueline se transformará en la princesa que usa siempre vestidos y que nunca puede ensuciarse, mientras que a Jillian le cortarán el cabello y podrá correr y jugar en libertad con otros chicos, al menos mientras los chicos la acepten y no la vean como un bicho raro. 

Así, crecerán juntas pero separadas, envidiando la libertad que tiene la otra sin saber que de alguna manera las dos son miserables cumpliendo con los estereotipos que les han impuesto sus padres, sin tener oportunidad de descubrir por ellas mismas qué desean o quieren ser. Así que, cuando a los doce años encuentran la puerta a Los Páramos y se ven arrastradas a un mundo donde vampiros, hombres lobos, terrores abisales y científicos locos campan a sus anchas, cada una toma un camino que las aleja aún más, pero que de alguna manera las lleva a encontrar su verdadero hogar. 

“Miradlas encontrándose a sí mismas en este lugar azotado por el viento, donde ni siquiera contemplar la luna resulta siempre seguro”.

En Los Páramos, rompiendo con todo lo que hasta ahora le habían impuesto sus padres, Jacqueline la princesa se transformará en Jack y se irá con un científico loco para ser su aprendiz y trabajar duro haciendo todo tipo de experimentos; y Jillian, ahora será Jill y aprovechará para usar vestidos hermosos y vivir en la comunidad del castillo del Amo, rodeada de lujos. Aunque cada elección viene acompañada de un alto precio, porque el mundo donde fueron a parar es cruel y nada es gratis.

En esta segunda novela todo lo que había hecho que amara Cada corazón, un umbral está presente: mundos que desbordan imaginación y personajes complejos y diversos. Jack y Jill son dos hermanas que no tuvieron la oportunidad de crecer rodeadas de amor, y durante toda la primera parte de la novela Seanan McGuire me hizo leer con el corazón en un puño por el dolor que me provocaba ver la negligencia (o crueldad) con la que actuaban sus padres. Y aunque Gemma Lou podría haberlas ayudado aún más, no tuvo suficiente tiempo para hacerlo. 

Mención especial se merecen tanto la cuidada edición de Runas que viene acompañada por las espectaculares ilustraciones de Rovina Cai, como la extraordinaria traducción de María Pilar San Román que se encarga de transmitir a la perfección el tono casi poético de las palabras de McGuire. 

“Ambas niñas, aunque tomando rutas distintas, siguiendo caminos distintos, habían llegado a su hogar”.

El daño que puede provocar cumplir con los roles preestablecidos, dos niñas que crecen sin amor, dos hermanas que deben aprender a encontrar su lugar en el mundo… Ahí abajo, entre raíces y huesos es el tipo de historia que no puedes parar de leer, donde belleza y horror se dan la mano para mostrarnos que hay muchas maneras de ser niñas y que todas son igualmente válidas, y que hay lazos que ni siquiera la crueldad puede romper. No puedo hacer otra cosa que recomendarles que lean las novelas de Seanan McGuire. Este libro, como su predecesor, va directo a mis mejores lecturas del año. Estoy desando ver cómo nos sorprenderá McGuire con las próximas entregas de este universo que me tiene fascinada.

¿Han leído Ahí abajo, entre raíces y huesos? ¿Les llama la atención?

2 comentarios :

  1. Pues no lo conocía, la verdad... me ha llamado la atención, aunque no suele ser mi tipo de lectura.
    Lo apunto =)

    Besotes

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    1. Son historias impresionantes, como cuentos de hadas para adultos donde la crueldad y lo maravilloso se dan la mano. A mi me tienen enamorada tanto la autora como el mundo y los personajes, estoy deseando leer más.
      Besos

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